lunes, 24 de agosto de 2009

SAGRARIO TORRES. POETA.

CARTA DE SU HIJO A MÍ

Hola José, Te mando como te dije anteriormente 2 fotos de mi madre creo que son las mas bellas y mas representativas. Quizás también son aquellas que si tuviera que elegir me gustarían que permaneciesen en mi memoria como imagen de mi madre. Pasando a la reunión que tuvimos el jueves asistieron:Antonio Sánchez Ruiz, Aurelio García del Vello, Emilio Ruiz Parra, Julián Creis, Antonio Ruiz López de Lerma y Paquita Gallego ( mujer de Antonio Ruiz López de Lerma. Yo plantee que la reunión se había convocado en base a tres situaciones que se habían dado:1) El deseo manifestado por Jesús Martín, alcalde de Valdepeñas de organizar un proyecto en relación a la obra de mi madre.2) El deseo por parte de mi madre de que algunos de sus amigos mas próximos tutelasen cualquier proyecto en relación a su obra.3) Mi voluntad de participar en cualquier proyecto que tenga como finalidad la conservación y la difusión de su obra, haciendo las cesiones o concesiones necesarias. Se hablo, muy críticamente, sobre los retrasos a la publicación de su ultimo libro, culpando al alcalde.Yo intente calmar las aguas, pues el objetivo final debe ser que el alcalde, como representante de Valdepeñas, se comprometa a llevar adelante ese proyecto y solo el, hoy por hoy puede firmar ese compromiso en nombre de Valdepeñas. Al final se decidió que yo llamaría al alcalde, que ya a la muerte de mi madre se comprometió a mantener una reunión con los mas allegados, para entre otros temas que tengo pendiente con el, indicarle que se había formado un grupo de personas interesados en conocer su proyecto y participar activamente con el. El viernes le deje un mensaje en su móvil privado y hasta este momento aun no he recibido comunicación por su parte. Si el lunes no he establecido comunicación con el, le llamare al ayuntamiento. También mencione tu nombre como persona que quería y debía participar, hecho que fue aceptado por todos.Antonio Sánchez Ruiz quedo en redactar algún escrito que formalizase la formación del grupo que permanecerá abierto a todas las personas que quieran participar. Estoy a la espera de la venta del banco en que trabajo, que creo se decidirá esta semana, para ver en que situación quedo y en el caso de una prejubilación, poder dedicar mas tiempo a la investigación de los papeles que están en casa de mi madre. Entre los papeles que ya he visto se encuentra un estudio que RafaelLlamazares sobre la poesía de mi madre, con una amplia biografía y estudio de su obra. También un escrito que mi tío, José Torres, envió a mi madre con ocasión de la publicación de " Los ojos nunca crecen". Creo que es un tanto emotivo por lo que lo he fotocopiado y te lo mando en otro correo, para que no sea demasiado voluminoso el email. De momento estoy a la espera de los acontecimientos que puedan ir surgiendo así como de un dossier, que se ha comprometido a mandarme el concejal de cultura, sobre todo lo que se ha escrito a la muerte de mi madre, que supongo estarás interesado en tener. El día 27 volveré a ir a Valdepeñas pues la asociación Cecilio Muñoz Fillol, organiza una serie de actos entre los que estará una lectura de poemas de mi madre en memoria de mi madre. De momento nada mas recibe un fuerte abrazo de tu amigo.

RITMOS DESDE EL PENDULO DE MI VIDA




Dedicatorias:
A Manuel Romero y Elsa López, poetas, por cuanto les debo espiritualmente.
A los poetas y escritores manchegos, que fueron testigos de mis primeros versos:
Juan Alcaide
Ángel Crespo
Gregorio Prieto
Julián y Francisco Creis Córdoba
Emilio Ruiz Parra
Antonio Sánchez Ruiz
Antonio Ruiz L. de Lerma




ritmos desde el péndulo de mi vida. Previo

PREVIO

EN DEFENSA DEL SONETO

En alguna parte he leído que la gran clavecinista WANDA LANDOUSKA decía del minué: “Nunca podrá saberse todo lo que lleva dentro un minué
¿Podrá decirse lo mismo del soneto?. No lo creo. Yo pienso que el vaso geométrico el soneto –dos cuartetos y dos tercetos- con rimas sujetas a pocas variaciones, puede contener toda la vida humana: el encanto y el drama del amor, el espanto y la sugestión de la muerte, la pena del dolor y la rebelión contra él, la belleza y la limitación del mundo visible, la humildad y el encanto de la vida cotidiana, la generosidad con que el destino trata a algunos hombres y el desamparo en que a otros deja... Todo esto y mucho más cabe en el vaso del soneto, y así lo comprobará quien lea los que con tanta abundancia han compuesto los mejores poetas del mundo.

Al Comentarista de mi libro

Ante el gran interés por mi obra poética que sin conocerme sintió José Antonio Soria Estevan que, a su vez es poeta, y aceptando prologar mi tercer libro de sonetos, les anticipo a él y a los posibles lectores, esta manifestación que sobre la poesía dijo un poeta de la antigüedad: “Los epigramas que vas a leer ahora aquí, amigo Aristo, unos son buenos, otros mediocres, y la mayor parte malos. Un libro no se puede escribir de otra manera”.
S.T.

ritmos desde el péndulo de mi vida, prologo

A modo de innecesaria presentación

El libro que tenéis entre las manos es el tercer libro de sonetos de Sagrario Torres. A aquellos que no han leído sus dos anteriores “Esta espina dorsal estremecida” y “Catorce bocas me alimentan” he de decirles que por estar agotadas las ediciones se les es negada la posibilidad de adquirir alguno de sus volúmenes. Habrá que esperar, como suele pasar, a que ya no esté entre nosotros para que las más prestigiosas editoriales publiquen sus obras completas.
Podemos decir que este libro es una autobiografía regresiva. Regresiva en cuanto que el primer soneto que os vais a encontrar es el último escrito y el último el primero. Autobiografía, porque cada soneto es una estampa de su experiencia, un deseo, una decepción, un impacto causado por algo o por alguien, un guiño a la vida, en definitiva, siempre, una fotografía realista de sus momentos significativos y como no, de su actualidad vivida.
De su maestría no voy a hablar ya que otros mejor dotados del arte de la pluma lo han hecho. Baste como muestra lo que sobre ella dijo Gerardo Diego: “Sagrario Torres nos ha regalado los mejores sonetos que se hayan escrito desde Garcilaso hasta nuestros días”.
De su humanidad tampoco voy a hablaros porque también se me han adelantado quienes la conocen.

De su voz. Os hablaré de su voz. De esa voz roja, encendida, impactante. De esa voz que recoge su poesía y la eleva hasta los ángeles desde donde cae en lluvia hasta quienes la oyen penetrándolos y tensando los bordones de la percepción, hundiéndolos en una vorágine de calor y color hasta emborracharlos de placeres desconocidos para después silenciar y quedar entonces desnudos en un suelo de intensísimo mármol frío y blanco.

De su libertad. La dejo a ella expresarse sin más nada que añadir:

Mi frente es un gran sobre sin otra dirección que las extensidades de tierra para el pie”.[1]

De su visión del hombre como máquina deseante. Sagrario aprovecha su mirada y su voz para esconderse del hombre. Genera miedo en él, que como alimaña observa desde lejos sin acercarse. Juega, coquetea, mientras se sienta segura. Evita el daño, pero con ello se lleva páginas en blanco de su vida.

No seas astronauta. Sé pastora.
Una suave merina en la pradera.
Mas frente a cazadores, dura y fiera
si alguno con mirarte te desdora
.[2]


No te asombre, Señor.
Tú me enamoras
y con tal embeleso,
que me acerco a los hombres
por encontrar tu semejanza.
En ellos yo te busco,
mas frustra mi esperanza
la fiebre inapagable
de su sexo
.[3]

De su lectura. Se dice que el poeta siempre escribe pensando en alguien y el poema es claro. Pero si ese alguien es el mismo poeta, entonces, el poema se desdibuja en sus encontrados sentimientos. Es aquí, en este espejo, donde el lector se encuentra reflejado. Identificado. Sagrario va aún más lejos tejiendo con estos finos hilos una vida de emociones y sensaciones que por ser universales atrapan al lector en su cuidada tela desparramando toda una eternidad por “su espina dorsal estremecida”.

Al morse del orgasmo de la vida
ha de asistir, vibrando en sus rituales,
esta espina dorsal estremecida
.[4]

De Dios. Sagrario siempre estuvo buscando la felicidad o la calma o la satisfacción que produce la paz con uno mismo. Siempre ha buscado una señal del Creador que le indicara que lo siguiera para dejarlo todo.
El hecho de no haber sido elegida para seguir los caminos de Dios hace que se rebele. Y pide insistentemente una señal. La busca en la naturaleza, en su almohada, en cada pliegue de sus sabanas mojadas de lágrimas, en la rosa que anida en su balcón, en el hombre, en una puesta de sol seguida de su amanecer, en su propio dolor físico nacido de sus huesos y de su carne como manantial que siempre inundó su vida.
Solo le falta la Voz. Un grito. Un leve susurro que le haga elevar su siempre bello rostro al cielo y entender su vida. Ella nunca ha cejado en la súplica de esa Voz porque sabe que aunque sea en el último minuto de su vida la oirá y será trovadora a la diestra del Creador.

¡Tu voz, Señor!
¡Una sola palabra!
¡Un murmullo!
¡Un ligero chistar!
¡Un eco al menos
al que yo quede uncida,
por ti arrastrada,
suavemente movida!

Para poder vivir
yo necesito tu llamada
. (De Carta a Dios)

De su realidad desnuda. El poeta, como norma, se desnuda. Pero son pocos los que dejan las mil figuras retóricas. Sagrario es directa como un dardo aunque a veces ese dardo esté envenenado. Jamás llama a la lástima, a la pena. Si lloras con ella es por ti, nunca por ella. (A mí, confieso, me ha pasado con su entrega “Los ojos nunca crecen”)
El intenso erotismo con que impregna cada uno de sus movimientos en el rito de despojarse de arneses hasta llegar a su desnudez anímica en cada verso, la hace a nuestros ojos, a la vez, deseable e inalcanzable, cercana y prohibida.
El acero de su mirada de grises hedonistas queda prendido en la percha que hay a la puerta de su alma, siendo así que toda su poesía, nacida del alma, se llena a rebosar de esa timidez que se esconde en su mirada. Del miedo al fracaso. De la necesidad de una caricia huida. De la resignada aceptación de sus dolores paseados por los ambulatorios de la Seguridad Social...

Mientras el mundo incuba otro ancho cáncer,
hay cuerpos, rostros, brazos que se extienden
entregando su sangre sin delito,
por el dolor purificada,
Aquí,
en el Ambulatorio de la Seguridad Social.

... De la emoción encontrada en cada segundo de su vida.
Es ella entera, misma, quien nos penetra con su verso desnudo.
Leer a Sagrario es poseerla o sentirse poseído por ella.

De su nacimiento. El poeta, dicen, nace. No se hace. Pero son muy pocos los nacidos para no morir. Sagrario ha nacido poeta y nunca morirá. No lo hará porque mientras exista un alma viva sobre la tierra, con emociones y sensaciones estará recreando alguno de sus poemas aún sin saberlo.
Sagrario es ya universal.

De sus orígenes. Solo uno es el gran amor de su vida. Su tierra y sus gentes: Valdepeñas.


Fui en mi tierra dos veces bautizada.
No recuerdo mi Pila, mas sí el vaso
de aquella borrachera en que me abraso
por pámpanos y rimas engarzada
.[5]

Siempre cantó a su tierra. Siempre tiene vivo en la memoria el deseo del regreso a la tierra que la vio nacer. Valdepeñas la enorgullece hasta el pecado y Valdepeñas le corresponde nombrándola hija predilecta y poniéndole su nombre a unos jardines. Juan Alcaide dijo de ella:

Con su furor de tuétano viñero,
Me preguntan por ti los jaraíces
(Valdepeñas vistió de bodeguero,
garañón de tus cálidas matrices):
-¿Por donde está Sagrario? ¿En qué racimo
clavó el canibalismo de sus dientes?
¿Qué capacho aguantó su brutal mimo?
¿Qué mosto se hizo perla en sus pendientes?

Yo paso entre el volcán de la vendimia.
La lava del majuelo halló su alquimia
cerrándose en su sed despreciadora.

Mas quiero hablar de ti, dar mi respuesta.
¡Decir que están clavándote en la cresta
del gallo más valiente de la aurora!


Nunca olvidó las extensiones, a veces calvas, abiertas a su recién estrenado pie.

A ti con solo piedras te querría.
Aunque segada fueras por las hoces.
Despoblada. Sin pechos y sin voces
te amara yo y yo te cantaría.
(primer cuarteto. Soneto
a Valdepeñas. “Esta espina
dorsal estremecida” )

hasta el extremo de llevarla a la manifiesta declaración de amor en “Intima a Quijote”

Tú,
destinado para sentir la transfusión
del galopar del mundo,
no te hallabas envuelto en más agitaciones,
ni fiesta más grandiosa
ante ti acontecía,
que al ver cómo la tierra
hacia la luz alzaba
el tallo de la flor y de la pulpa,
afianzaba los troncos de las cepas
para el fruto más humilde y perfecto
[6]

Así Sagrario lo tiene escrito en el corazón “Es la tierra de mi primer respiro y será la tierra de mi último suspiro”. Es por eso su tremendo compromiso social con los habitantes de Anchuras rebelándose contra las instituciones militares que pretendían convertir en un campo de tiro la tierra de Anchuras. Esa tierra a la que los del lugar llegaron a llamarla “la Diana”

Amo a mi tierra. Mirando sus llanos sin fin, descubro en mí la íntima aspiración a un último más allá, que yo vivo como promesa. Pisando y contemplando las islas de verdura que la esmaltan, los animales que en ella se nutren, las aves que la cruzan, los árboles y las humildes flores que la adornan, se alza dentro de mí la impresión de que esa promesa ha empezado a cumplirse. Amo, en fin, a los hombres humildes y laboriosos que en mi tierra tienen hogar, pan y esperanza”.[7]

Sobre el rencor. Lo confieso. A veces he sentido rencor. A veces. Me consuela el hecho de que el rencor sea inherente al ser humano. Rencor al Creador por los males devenidos, por los placeres denegados, por los sufrimientos habidos, por pérdidas sin sentido. Rencor al hombre por frases dolientes, por amores robados, por corazones destrozados. Sí, lo confieso. A veces he sentido rencor. Por eso he buscado un atisbo de rencor en la poesía de Sagrario por llevarla al plano humano desbancándola de su divinidad. No lo he encontrado. Sé de su vida porque lo he leído, porque me lo han contado y aseguro que tiene suficientes motivos y creo que hasta el derecho a sentir rencor contra el Creador. Lectura obligatoria sería “Los ojos nunca crecen” para entender mi insistencia. Peregrinaje a su estancia sería obligatorio para oler su sufrimiento.
Y del olvido de todos debería haber nacido el rencor al hombre. O incluso el rencor a ella misma por haberse castigado en su propia decepción.
No lo he encontrado. Solo he encontrado la sonrisa, la paciencia, la aceptación y la nostalgia por todos aquellos momentos que podrían haber producido rencor.
Solo uno. Sí. He encontrado ese atisbo de rencor. Rencor a la injusticia[8], pero ese rencor es absolutamente perdonable y no cuenta.

Os he hablado de su voz, pero es imposible explicar lo sentido. HAY QUE OIRLA.
Os he hablado de su belleza, pero no me he atrevido a describirla porque su impacto va más allá de lo conocido. Como si al mirarla la vieras niña, joven, madura, con alas, inviernos y veranos y primaveras todo en uno. Tampoco sabría describirla. HAY QUE MIRARLA.
He olido sus frases, sus recuerdos de alfileres colgados en estantes, su pelo y su mirada. He olido sus tardes de colegio, el almidón de su falda tableada. He olido sus campos y su viento y su vino de Valdepeñas. Todo en uno. Pero me es imposible describirlo. HAY QUE OLERLA.
He tocado sus manos, su pelo cano, su rubio recuerdo de sol, su primera borrachera. He tocado sus hombros doloridos, su vientre abierto, su espalda de huesos frágiles. He acariciado su rostro y su mirada y los párpados que al cerrarse te hacen soñar. Pero me es imposible describirlo. HAY QUE TOCARLA.
¿Gustarla?
Aquí, en estas páginas tenéis su alma y su vida, su corazón, su herida, su despecho y su amor, su tierra, su vino y su rosa, su espina dorsal estremecida, su niño con dos dientes y su suicida, su trágico tríptico a su hijo, su encierro y su libertad, su humanidad y su fuerza y la brida que desató. Aquí está todo menos su cuerpo. Pero su cuerpo se olvida. Quedaros con su inmortalidad.

¿Gustarla?
Es sencillo. Pasad la página.

José Antonio Soria Estevan.


[1] Sagrario Torres. Regreso al corazón. Adonais 387. ediciones Rialp S.A. año de 1.981
[2] Sagrario Torres. Primer cuarteto del segundo soneto del tríptico Inocencia, ganador del Premio de Sonetos Guillermo Osorio en su XIV edición. (1.997). editado por Aguacantos en 1.998.
[3] Sagrario Torres. Carta a Dios. Colección Agora. Ediciones Alfaguara 1.971. Pág. 49.
[4] Sagrario Torres. Segundo terceto del soneto número 10 de su libro: “Esta espina dorsal estremecida”. Colección Arbolae nº 13. editorial Orines. 1.973
[5] Sagrario Torres. Primer cuarteto del soneto al vino de Valdepeñas. Como agua de lluvia. (Antología). Asociación Cultural Amigos de la Poesía. Costa del Sol. 2.002.
[6] Intima a Quijote. Asociación de Escritores y Artistas Españoles. 1.986
[7] Extracto del comentario de S. T. en su libro “Poemas de la Diana” Colección Álamo. Salamanca 1.993
[8] Sagrario Torres “Falsificación de mi firma”. Inédito. Publicado en este libro en la Pág. 2

ritmos desde el péndulo de mi vida soneto 1

FRANCISCO CREIS CORDOBA§

Capitán de poetas

Puse cruz a tu nombre en mi fichero.
¿Qué nueva dirección tendrá tu ausencia
para hacerte llegar, con tanta urgencia,
cuánto te lloro y cómo un día espero

que un ser inmaterial -ángel cartero-,
calme con rimas tuyas mi dolencia;
o que sea tu cuerpo en transparencia
que venga sin llamar y sin llavero?

¡Cuantos sois los ausentes! Cómo unidos
esperáis nuestro vuelo no impulsado
desde las escotillas espaciales.

Llama un poeta. Ángeles floridos
le coronan, le ungen, y es llevado
al trono de los brindis celestiales.


§ Año de 2.003
Pub. “Desde el empotro. Rev. Tertulia Literaria del grupo A-7. Valdepeñas
Dedicado asimismo a la memoria de Juan Ruiz Peña
.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 2

FALSIFICACIÓN§

Para la poeta Teresa Sánchez Laguna

-¡Jueces, justicia!- sin cesar repito.
Ronca, impotente, voy por los juzgados,
peores que sepulcros bien sellados
que me cortan la voz cuando les grito.

Libres, impunes de su gran delito,
una mujer y un hombre, dos malvados,
mancharon con peritos sobornados
mi limpio nombre en cada verso escrito.

Montones de sumarios en espera.
Alguien con quien tropiezo en los pasillos,
puede sufrir mi causa infamatoria,

pensando que algún día Dios quisiera
que la invidente de los dos platillos
distinga bien el oro de la escoria.


§ 17 de Julio de 2.000
2.002 Pub. en la Antología Poética Femenina en Lengua Española del Siglo XX. Ed. Manuel Francisco Reina. Madrid

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 3

EL VINO, COMPAÑERO DEL HOMBRE§

A bodegas Los Llanos


Cuevas que guardan en estado puro
ese vino que sueña dar un día
su dulce abrazo a la melancolía,
y abrir las rejas del dolor más duro.

Faro es el vino. Estrella en el oscuro
túnel del desamor y la falsía.
Da fuerza al héroe; al genio, fantasía.
Hace del apocado, hombre seguro.

Te beben en tabernas, en hogares
en las copas talladas de un palacio,
te consagran en cálices de altares.

Llena mi corazón hasta que duerma
y tu aroma me envuelva muy despacio.
Llénaselo al que tiene el alma enferma.

§ Año 2.000.
Con motivo de la inauguración de la calle dedicada a Sagrario Torres, en la Cueva del Arte de Bodegas Los Llanos. Valdepeñas, 14 de Diciembre de 2.000.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 4

MI GATO§

Para Marga Hierro

Persa. Gris plata. Pronto crecería.
“Rey” le pusimos. Era el soberano,
nuestro dueño. O distante, o cercano,
sólo a mi madre con pasión quería.

A los pies de su cama se dormía.
Le daba de comer desde su mano.
Le peinaba. Y en el tazón mediano
la leche, dulce y tibia le servía.

Cuando murió mi madre lo escondimos.
Sin cesar la buscaba, brusco y fiero.
Temblé ante su mirar fijo y vidrioso.

Por la calle voceaba el trapero.
-¡Suba! Lloré. Lo atrajo, le hizo mimos.
-¡¡No lo mate!!... -¿Matarle? ¡Si es precioso!


§ Setiembre de 1.999.
Pub. En Eds. Eneida, Col. “Bestiarios”, con el título “Gatos, gatos, gatos”, dirigido por Manolo Romero, Madrid.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 5

A MATIAS SÁNCHEZ CARRASCO EN SU PRIMER ANIVERSARIO§

Atado a mi columna está el dolor como Jesús a la columna atado.
M.S.C.

Más de sesenta octubres, día a día,
la muerte decidió tu calendario,
la fecha de tu vida hacia el calvario
y el instante final de tu agonía.

Su mano cancerosa entretejía
fibras y venas para tu sudario.
Ahogó tu corazón, aquel sagrario
donde anidó tu fe, tu poesía.

Lágrimas como uvas silenciosas
salieron de mis ojos a racimos.
Uvas agrias, moradas y pequeñas,

rodaron entre cepas amorosas
por la tierra donde los dos nacimos


un marzo y un octubre en Valdepeñas.



§ Febrero de 1.999
“CANFALI”, Valdepeñas
.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 6

A ROSANA MAROTO§ A SARA Y ANGEL
A sus padres. A sus amigos.
A nuestro pueblo.


ROSANA: Puro cristal. Lirio. Hada.
Cisne que flota en el azul manchego.
Sonríes y nos dices: <¡Hasta luego!>
No, no, ahora. Vuelve liberada,

pedaleando en bicicleta alada.
Escucha el largo y suplicante ruego
de tus paisanos en desasosiego
que te enseñan su alma desgarrada.

SARA Y ANGEL: que corréis abrazados
por los parques inmensos de la Gloria
y estáis para la eternidad casados.

Olemos vuestra sangre todavía
la tinta en que se escribe nuestra historia,
no olvidará aquél año, ni aquél día.


§ Junio de 1.999.
Rosana Maroto, desaparecida a los veintiún años de edad en Valdepeñas, cuando paseaba en su bicicleta en 1.998, en “Canfali”.
Sara y Ángel, novios asesinados en un parque de Valdepeñas en 1.993.
Pub. en el semanario CANFALI de Valdepeñas. Junio 1.999

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 7

UN BEBÉ SALVA A UN SUICIDA[1]

Al poeta Pascual Antonio Beño Galiana

Noche de la ciudad. Es triste. Fea.
La contempla el suicida entre cristales.
Lejos, veladas luces, funerales,
parecen alumbrar su loca idea.

Se sienta. Se levanta. Se pasea.
Cierra el libro donde puso señales.
Mira un retrato: ojos ideales.
Bebe un licor. Camina... se ladea...

Ha llegado la hora decisiva.
Entra en la alcoba de su insomnio y lucha.
Se acuesta. Toca el vaso... el comprimido...

De pronto, un bebé llora, techo arriba.
Alguien le canta. El suicida escucha...

¡Y se queda dulcemente dormido!


[1] 1.993

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 8

ATARDECER EN LOS PINARES, CON NIÑO Y MARIPOSA§

Por una franja de la luz voltean
blanquísimos insectos, a millares.
Sin el telón de fondo de pinares
no podríamos ver como se emplean

en danzar, en amarse, o se pelean
dando continuos saltos circulares.
Este pinar tan bello, estos altares
de la brisa que nunca se cimbrean,

van formando un estiércol permanente
del que nacen enfermas mariposas.
Vuelan a ras de suelo. Fácil presa

para el niño que atrapa a una doliente.
La acaricia con manos temblorosas.
Ríe. Le habla. Y, al final, la besa.


§ 1.993

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 9

PURIFICACIÓN§

A Rafael Morales por su soneto
“Cántico doloroso al cubo de la basura”


Años pasaban. No me deshacía
de las cosas usadas que hube amado.
Las ponía a un lado y a otro lado,
y siempre su recuerdo me dolía.

Encajes y bordada lencería
que se abrió por el uso y el lavado.
Todo lo que quedó desparejado:
broches, pendientes, guantes que quería,

bolsos, zapatos, faldas, cinturones,
que hicieron otro tiempo mi ventura.
Se quedaron sin vida mis cajones.

En caldera, sobre ardientes carbones,
entre llamas, no en cubo de basura,
fui quemando también mis ilusiones.


§ 1.993

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 10

TIERRA:§

Dame tu pecho, tu calor, tu hondura.
Vuelve a mis huesos mineral rosado.
Hazlos punzones para tu bordado,
carretes en tu mimbre de costura.

Hazme raíz de cardo en la llanura.
Cuarzo. Cristal que rompa tu techado,
y pueda ser pulido y azogado
para verme sin ver mi sepultura.

Tórname en barca el costillar vacío;
¡mas no se vaya al mar tempestuoso
y rompa aquellos remos de mi río!

Quiero ser hongo para alimentarte.
Cepellón de algún árbol oloroso,
para continuamente perfumarte.


§ 1.993
Incluido en el libro “POEMAS A LA DIANA”.
Col. “Álamo” Salamanca.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 11

UN FERVOROSO AMANTE DE LA CARDENCHA Y LA LLANURA§
En memoria del poeta
Rafael Fernández Pombo.

Desolación la mía. Desolado
hueco en mi triste corazón, que quiere
no creer ¾aunque viere lo que viere¾,
ni decir que nos has abandonado.

Dirá mi corazón que te han llevado
a las regiones donde nada muere,
y sobre una cardencha que no hiere,
en largo beso estás enajenado.

“Es tu hombre custodia” me decía
tu carta que hoy me sirve de pañuelo
para dolerme de tu lejanía.

Sagrariamente guarda el alma mía
envuelta en el más fino terciopelo,
tu imagen. Tus poemas. Y tu hombría.


§ 1.993
Pub. En la revista “MANXA”. Ciudad Real.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 12

INOCENCIA
(TRIPTICO)
SONETOS A CAMILA
En su cuarto aniversario

I

Camila va al colegio. Cuatro años.
Lápiz. Abecedario. Y un cuaderno.
Antes que llegue el frío del invierno,
a Camila le lloverán regaños.

Camila va a estrenar sus desengaños.
Soñar o suspirar, será ya eterno.
Encontrará la gloria o el infierno.
Camila va a sufrir primeros daños.

Antes, Camila, que crueles cosas
te llevan a los mares de la pena
rebélate, desobedece, grita.

Salta los muros, rompe su cadena,
y vete a cortar lirios, astros, rosas,
como Rubén contaba a Margarita.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 13

INOCENCIA
(TRIPTICO)
SONETOS A CAMILA

II

No seas astronauta, sé pastora.
Una suave merina en la pradera.
Mas frente a cazadores, dura y fiera
si alguno con mirarte te desdora.

No haga ruina de ti la injuriadora,
la cobarde palabra que te espera,
con sus filos y toda la artillera
y apostada intención demoledora.

Ama la tierra y el azul del cielo.
En sitio de montaña, donde brote
un purísimo arroyo llena el vaso

para quien pueda en él saciar su anhelo:
Un defensor del mundo: Un Don Quijote.
Un Homero. Un Virgilio. Un Garcilaso.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 14

INOCENCIA
(TRIPTICO)

(Juguetería)
A mi nieto Javier, de seis años de edad.

III[1]

De bichos y figuras fantasmales,
de guerreros y lúgubres castillos,
de pistolas, puñales y cuchillos
quieren llenar tus ojos, ventanales

que son de verde luz y sin rivales
hechos para mirar los pececillos,
la flor que nace, el sol por los tomillos,
el vuelo de los picos musicales.

Va mi rabia llorando la bruteza
de un mundo que echa piedras a tu río.
que sobre los renglones de grandeza

por donde el pie del alma se endereza,
derrama su tintero espeso y frío
en tu mente, en tu pecho, en tu pureza.


[1] § 1.993
Premio de Sonetos GUILLERMO OSORIO. “Aguacantos” 1.997

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 15

ANCIANA EN RECOLETOS§
Para José Hierro que tanto amó la ancianidad materna.¨

En el pico de un banco está sentada.
No quiere molestar. No mira al frente.
No la turban los ruidos ni la gente.
La tela que la cubre está gastada.

Es blanca su cabeza mal peinada.
Veo de su perfil solo un pendiente,
y un zapato sin brillo, indiferente
a la media tupida y descolgada.

Esta mujer de pena y de polilla,
en silencio por cuanto la atropella,
no ve como se acercan los gorriones.

Da su espalda a la Diosa de la Villa,
al Palacio de Comunicaciones,
donde nunca habrá carta para ella.


§ 1.992
Finalista del concurso “UN MILLÓN POR UN SONETO”, convocado por el Hotel Palace y la Galería del Prado.
¨ “En el homenaje que se le tributó a José Hierro en la Universidad Popular que lleva su nombre, le dediqué este soneto”. Primavera de 1.977
2.002. Pub. en la Antología Poética Femenina en Lengua Española del Siglo XX. “Mujeres de carne y verso”. Ed. Manuel Francisco Reina. Mdrid.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 16

PIEDRECITA EN EL VALLE§

Para Paquita Gallego Pozo, enamorada de este soneto.

Redonda y muy pequeña, reposaba
sobre el musgo del valle. Al mediodía,
el sol como a una perla la encendía
y con hilillos de oro la engastaba.

(La recorrió una hormiga que arrastraba
un tronquito que en peso la excedía:
El cuerpo de la hormiga es la alcancía
de metal ahorrador que el mundo alaba).

¿De qué cumbre ha rodado esta preciosa?
¿De qué rincón celeste, o nube, acaso,
saltó para ser libre y ser dichosa?

Ha de venir la nieve a maquillarla,
el hielo a proteger su piel de raso,
hasta que vuelva el sol a iluminarla.


§ 1.991

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 17

MARISA CHICOTE§
Poetisa condenada a sufrir. La quise y la admiré.

Erguida en el banquillo. Valerosa.
Jamás hubo sentencia más firmada.
Sonriente, sin mueca solapada,
Bordó sus versos y rompió su rosa.

La muerte frente a ti, siempre nerviosa.
Ante sus greñas, tú, la bien peinada,
como el héroe que adorna y pule espada
para el combate y la caída honrosa.

Llevo luto por debajo del vello,
de las uñas, en mis huesos heridos,
por los bulbos que nutren mi cabello.

Tiemblan mis versos mientras aleteas.
En mi almohada los dejaré prendidos
para que mientras duermo, tú los leas.


§ 1.991
Leído en el homenaje que le rindió el Ateneo de Madrid, en 1.991.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 18

SONETO EN VERBOS AL REY DE ESPAÑA§
Cumplo con la para mí tan honrosa petición que me hizo Don Juan Carlos, de componer –para él- un soneto.


Regia lección. Ejemplo. asignatura
que nunca me enseñó ninguna escuela,
donde solo aprendí que la cautela
obliga a padecer esta amargura.

Callar. Temer. Fingir. Torcer la pura
marcha del corazón; hincarle espuela.
Humillar el valor. Vestir sayuela
ante el rostro falaz de la impostura.

Mas llega un Rey. Se acerca a la encrespada,
a la indomable alumna que al fin pudo
maravillarse, palpitar, reírse,

elevar a otro espacio su mirada,
abrir la voz al sentimiento mudo.
¡Ya puede, henchido el corazón, morirse!


§ 1.990 El director de una revista poética me pidió una colaboración. Le envié este soneto, pero él se tomo la libertad de suprimir la entrada que figura bajo el título

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 19

EL NIÑO QUE DESDE EL CIELO SUSPIRABA POR SU CARIÑO EN LA TIERRA§
A E. y P.

El niño pudo ser cuanto quería:
Hortelano. Frutero. Perfumista.
Pescador. Campanero. Pendolista.
Fue sabedor de todo. Y no crecía.

Aprendió la más bella alfarería.
Fabricó mecedoras. Fue tallista.
Y poeta. Y pintor. Y violinista.
El niño era feliz, pero gemía.

Nada te falta. Dinos, ¿qué más quieres
siendo paje de un REY todo de armiño
y enfermerito de los ciervos cojos?

Él miraba la tierra. Allí, a dos seres.
-Es que quiero- decía siempre el niño,
seguir siendo la niña de sus ojos.


§ 1.987

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 20

DESOLACIÓN, FUEGO Y MUERTE EN LAS TABLAS DE DAIMIEL§

Han cavado sepulcros donde había
verdes ventanas, claustros amorosos,
despensas que nutrieron los gozosos
plumajes del silencio y la armonía.

En esta tumba de la felonía
arden pieles y picos lastimosos;
gimen, hasta que pechos valerosos
rescaten lo que el mar volcó allí un día.

Esa heredad pedimos, la primicia
de arterias que regaron estos suelos
y arrebató la impúdica codicia.

Salga quien debe descorrer los velos.
Mientras llegan los jueces de Justicia,
¡gritemos a los hombres y a los cielos!


§ 1.987
Pub. En el libro “Encuentro en defensa de la Naturaleza”. Ayuntamiento de Daimiel. 1.987

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 21

VALENTIN ARTEAGA, SACERDOTE Y POETA§

Puso entre campo y pueblo sus altares.
En cerros levantó sus torreones.
En los labios le queman oraciones.
En el pecho poemas y cantares.

Más allá de bodegas y vasares,
de los patios de sol y los balcones,
del molino, la vid y los terrones,
levantan su esplendor altos pilares

por los que va paseando la figura
de un poeta dos veces consagrado,
que en el nombre de Dios el mal perdona,

sabiéndose imperfecta criatura.
Para que no le tiente algún pecado,
el verso le flagela y le corona.


§ 1.987
Pub. En el “CARDO DE BRONCE”. Revista de poesía. Tomelloso 1.987 nº IX.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 22

SONETO AL VINO DE VALDEPEÑAS§

Fui en mi tierra dos veces bautizada.
No recuerdo mi Pila, mas sí el vaso
de aquella borrachera en que me abraso
por pámpanos y rimas engarzada.

Mi boca es una copa triturada
que vomita mi verso a cada paso,
cuando subo al empotro y me traspaso
vertido el mosto en mí y en él volcada.

Varón de España. Cual Quijote, ¡gloria!.
Tú existirás mientras exista el cielo.
Mientras tenga sentido la memoria.

Hasta que acabe de contar la Historia
y la paloma se remonte en vuelo.
¡Mientras pueda cantarse una Victoria!


§ 1.986
Del ciclo de sonetos al vino de Valdepeñas, patrocinado por Bodegas A-7. Lectura del soneto e implantación del mural homenaje a Sagrario Torres.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 23

A SAN AGUSTÍN EN EL XVI CENTENARIO DE SU CONVERSIÓN§

Para Madre Clara, Superiora en Valdepeñas, ejemplo de virtudes agustinianas.

De todo lo leído yo quisiera
ser solo la lectora de tu vida.
Tu palabra es mi pan y mi bebida.
Quiero subir al aire de tu esfera,

gastar mis ojos hasta la ceguera,
en renglones que son tu piel partida.
Letras en sangre de tu inmensa herida
fundieron a mi llama con tu hoguera.

No hubo corazón más turbulento,
que en tan alta grandeza se humillara
diciendo a Dios y al hombre sus pecados.

El día en que te halló mi entendimiento
(y para que a tu vuelo yo me alzara)
sentí mis pies del mundo desclavados.


§ 1.986
Pub. En la revista La Escuela Agustiniana (nº 24. Abril-junio 1.986)
“Durante su participación en los actos organizados recientemente por las Agustinianas de Valdepeñas en homenaje a San Agustín, la escritora leyó este soneto que L.E.A. se honra en ofrecer como primicia”

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 24

LA MUERTE ES SOLO UNA LARGA AUSENCIA

(DIPTICO)


I

¡Vives, vives! ¿Dónde hallarte podría?
Yo te busco entre sábanas dormido.
Donde expiró tu cuerpo enfebrecido,
una seda se abre en celosía,

por la que pasa y vuelve cada día
tu imagen y tu voz hasta mi oído.
Todo menos tu nombre, está en olvido
y sólo junto a mí tu cercanía.

Aquí y allá tenerte es lo que quiero.
Sin norte al que mirar, sigo acodada
en mi costumbre de esperar tu horario.

Porque huelo tu esencia derramada,
hasta que me consuma yo te espero
en los relojes y en mi calendario.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 25

LA MUERTE ES SOLO UNA LARGA AUSENCIA

(DIPTICO)

II[1]

Al lado mío estas estando ausente.
Toco las huellas que de ti han quedado.
Tierra pondré, semillas y cuidado
donde dejó tu sangre de ser fuente.

Puertas. Ventanas. Luz únicamente
habitaran la casa que has dejado,
y sólo tú en la flor serás nombrado,
y en la lluvia que nutre la simiente.

Todos vendrán: ¡Venid a esta ladera!
No tengo copas, pero tengo flores.
Bebed vino en sus cálices de cera.

Respaldo no tendré, ni cabecera,
ni más sueño que verte en los alcores
donde tú me alzaras cuando yo muera.


[1] 1.985

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 26

SONETO DE UN DOLOR§

O vino a mí, Señor, o yo busquéme
este dolor que mi existencia mina.
Por un yermo sin luz mi alma camina;
ni a su soberbia ni a su orgullo teme.

Así voy por el mundo, tras mi sombra
absorta en descifrar mi exigua nada
y el milagro de ser; mi fe quebrada
es un fantasma yerto que me asombra.

Ansío lo inmortal, y en ese infierno
de impotencia tan vil, la sed me abrasa
como una llama del abismo eterno.

¡Oh Dios! Mi corazón de fe rebasa
y cúrame por siempre el mal interno,
pues me devora inconsumible brasa.


§ 1.985
Pub. En “El cardo de Bronce”. Tomelloso.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 27

LA TRISTEZA OCULTA DE GUILLERMO OSORIO§
“Arrojándole huesos a la vida entretuve la vida diente a diente”
G.O.


Como si nada fueras, tú vivías
modesto y escondido y sonriente.
Tu trago del placer era ese diente
hincado entre los versos que bebías.

A cumbres no alcanzadas tú subías
y bajabas con flores en la frente.
Nunca le hiciste a nadie confidente
de tus arrobos y melancolías.

De ti mismo soñabas olvidarte.
De ti. ¿De cuantos más, dime, Guillermo?
¿Qué te hicimos para querer marcharte?

Alzo mi copa por tu nombre vivo,
y levanto la voz para llorarte

en los catorce versos que te escribo.


§ 1.984
Pub. En “AGUACANTOS” Col. Poesía. Madrid, 1.984

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 28

A FRANCISCO LOREDO§

En respuesta al poema que me dedicó en su libro “Vuelta de llave”.

Si tus ojos azules han mirado
la espina que yo alcé, dorsal y pura,
¿a qué otra cosa llamaré ventura
si en tus versos leales me has cantado?

Mi espina ha sido un árbol anidado
por tristezas, dolores y amargura.
Ha sido solitaria partitura,
un lienzo torpemente dibujado.

Quédate solamente, amigo mío,
con ese regresar a mis infancias
que no tuvieron mar, tan solo un río.

Lavo mi vida en él desnuda, y canto,
y cuento al sol monedas de ganancias.
Y porque tú me miras seco el llanto.


§ 1.984

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 29

ELADIO CABAÑERO Y FELIX GRANDE
§Para la poeta Francisca Aguirre que ama estos nombres

Se fue felicidad, se fue pureza.
Se fue toda la infancia pueblerina
la que subió los cerros y la encina
que no desploma el sol ni los tropieza.

El bien dormir se fue. Se fue tibieza
del rescoldo, frescor de la cortina.
Balde. Serijo. Pozo. Patio. Tina,
donde bebe memoria la tristeza.

Dejasteis torre y tierra, su sentido.
Mas afanes y luchas, ¿qué os brindaron?
¿Qué labios y qué miel os ha nutrido?

No os quitareis del alma esos paisajes,
los cielos que pintores no pintaron.
No estaréis más vestidos, por más trajes.


§ 1.982
Pub. “Alambor”. Revista de la Asociación Cultural de Tomelloso. Nº 1 / “Homenaje a los poetas Eladio Cabañero y Félix Grande”. Marzo 1.982

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 30

MÚSICO EN MI TRISTEZA§

A mi canario “Caruso”

Te enterré en un lugar lleno de flores.
Con mi mano cavé tu sepultura.
Y cada primavera hay más dulzura
allí donde tú estás. Y más olores,

y más latidos nuevos voladores,
y hay más niños alzando su frescura.
Tú eres el algodón, la seda pura
que se extiende a mis pasos soñadores.

Estoy adelgazada por llorarte.
Mi nostalgia es la rama que a ti crece
para que en ella vuelvas a posarte.

Con el recuerdo de tu canto vivo,
muriéndome de pena al no tenerte
junto a la soledad donde te escribo.


§ 1.981
Incluido en el libro de la misma autora “Regreso al corazón”.
Col. “Adonais” 1.981

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 31

SONEXÁSTROFO DOLORIDO A BLAS DE OTERO

Para Antonio Buero Vallejo

Aquí venimos con los algodones
los que nunca supimos de tu herida;
de tu botella de amargor, bebida
entre pliegues de hundidos almohadones.

Te amaron las desgracias a empujones:
Con avidez. Con furia sostenida.
Como arenas bebieron de tu vida.
De tus venas hicieron sus cañones.

¿Por qué no te buscaron mis talones
si grande fue tu puerta, y encendida,
y estaba tu fiereza derretida
por ansia de habitar áureas prisiones?

Yo debí rodear tu cabecera.
Escuchar tu oración, tu aria gloriosa,
antes de que tus labios fuesen cera.

Algún día vendrá, si es que quisiera[1]
algo venir, que mi dolor consuele
a tanto que por dentro me lastima.

Al pie de tu ventana y de tu ojera
no hice la guardia yo. Y aquí me duele:
En el alma, en la carne y en la rima.


[1] § 1.980
Pub. “ALALUZ”. Revista de Poesía y Narración. Primavera, 1.980

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 32

AMISTAD§

A Luís Caruncho que me regaló su “AMISTAD”

Sin marco, sin umbral, sin cerradura,
y en finísimos cortes ajustada,
miro tu puerta de amistad soñada.
Tu puerta en esperanza tan segura.

Pared del corazón. Almohada pura.
Tu puerta es la ribera sosegada.
¿Por qué mano podrá ser empujada,
y quien a recibirla se apresura?

Puerta de la amistad. Difícil puerta.
Dichoso el que consigue traspasarla.
Esa puerta, esos brazos, esa honda

serenidad que en aventura cierta,
iré con mi desvelo hasta encontrarla,
segura de una voz que me responda.


§ 1.980.
Obra plástica de Luís Caruncho, escultor y pintor, en la que la poetisa ha querido ver una puerta, unos brazos...
Incluido en el catálogo de su exposición en la Galería D`Art Joaquín Mir.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 33

INTIMA A QUIJOTE
TRIPTICO


I
En homenaje a la Tolosa y la Molinera.

Os llaman de partido, encenagadas.
Por vosotras ni apuesta el pendenciero.
Ánforas en rincón de estercolero.
Un odre sois, salivas fermentadas.

Absorbidas a diente, succionadas.
Curiosidad de mozo y caballero.
Liquen sobre pared de abrevadero.
Sin acorde y sin ritmo sois pulsadas.

¡Si una lluvia os mojara, y no tormenta!
¡Si unos ojos volcasen su caricia!
¡Si una espada se alzase en vuestra afrenta!

Vivís en soledad calenturienta.
Mientras lloráis en noches de impudicia,
Dios emplaza al deudor de vuestra cuenta.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 34

INTIMA A QUIJOTE
TRIPTICO


II

Las mujeres honradas que os reniegan
y os juzgan seductoras del esposo,
son culpable de echar en negro foso
el amor prometido y que no entregan.

Ya no encantan, ni endulzan, ni sosiegan
los párpados que vuelven sin reposo.
Desembellecen cuanto fue gozoso,
y en vez de replantar, arrancan, siegan.

Bravas, con voz y mando resolutos,
les vuelven apocados, comineros.
Menguan su potestad, sus atributos.

Antes que afeminados, se hacen brutos.
Marchan hacia ignorados semilleros
para olvidar su decepción, sus lutos.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 35

INTIMA A QUIJOTE
TRIPTICO


III[1]

CONTIGO IRÁ MI SOMBRA
A Quijote

Bajo mi rostro a tu perfil yacente
que alumbra el lecho de tu alcoba oscura.
Un escarchado arroyo es tu figura,
y en ríos van mis ojos por tu frente.

Yo caliento tu helor inútilmente.
Párpados tuyos besa mi locura,
pómulos, labios de tu boca pura.
En fuego y frío estamos solamente.

Vienen tinieblas a envolver las luces
de tu cuerpo que asciende y que me deja
para siempre olvidada y consumida.

Contigo irá mi sombra. Cuando cruces
de nuevo un mundo de dolor y queja,
me alzaré como un monte hacia tu vida.


[1] § 1.980
Pubs. en el libro “INTIMA A QUIJOTE”. Col. “Asociación de Escritores y Artistas Españoles. 1.986

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 36

CARMEN CONDE EN SU “EDEN§

Ardiendo está mi vela, tiempo hace,
y mi oración antigua y renovada.
La vela que te puse, no comprada,
en escuchar mi ruego se complace.

Consérvala, Señor, por donde pace.
Conserva su saliva despeñada,
su tobillo de selva hacia la entrada
del “Edén” que en buscarlo se deshace.

Merina soberana. Por el monte
va arrancando la zarza y el espino
tu piel, que asciende al último horizonte.

A tu andamio de huesos subiría
por verte coronada de platino
y ser testigo tú de mi agonía.


§ 1.977
Pub. en la Revista de Poesía “ALALUZ”, dedicado a Carmen Conde. 1.977.
2.002. Pub. en la Antología Poética Femenina en Lengua Española del Siglo XX. Mujeres de carne y verso. Ed. Manuel Francisco Reina. Madrid

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 37

CERVANTES–QUIJOTE–QUIJOTE-CERVANTES§
“Para mí solo nació Don Quijote y yo para él. Solos los dos somos para en uno”.
Cervantes.


C.-Tu cátedra de hombría ya no late.
Sola y gélida está, sin escudero.
Bajo su baldaquín, algún arriero
quiere poner su mísero quilate.

Q.-¿Ser como tú? Inmenso disparate.
En tus leyes se adiestra el caballero,
pero no se desgasta en el sendero
su lanza de ficción y escaparate.

Q.-Tristísimo amador en desventura.
Tras la noria, la nube y el villano
sangra tu amor en pie y en calentura.

C.-Por caminos de cal va tu hermosura
en soledad, llevando de la mano
al hijo, sin mujer, de tu locura.


§ 1.976
Pub. en “ARBOL DE FUEGO”. Caracas, Venezuela, mayo 1.976. año 9 nº 98

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 38

LO QUE CONFIESA LA AUTORA DE ESTE SONETO AL POETA DEL CIPRES DE SILOS CUANDO SE VIO FRENTE AL ÁRBOL§
A Gerardo Diego


Segura de triunfar a mi manera,
vine a medir tu verso, en desafío.
Más allá del ciprés estaba el río
lavando manos a la lavandera.

Quise escribir, cantar a la madera
de aquel encaje verde en el vacío.
Al árbol di tu verso, porque el mío
se llenó de mudez y de ceguera.

En ansia de emularte vibro, ardo,
ante el ciprés tan elevado y quieto,
tan distante de ser rosal o nardo.

Por conseguirlo, el corazón aprieto.
Inútil, sí. Tú sólo, tú, Gerardo,
te coronaste César del soneto.


§ 1.976
Pub. en la revista “CAL”. Sevilla 1.976

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 39

UN ÁNGEL BUENO ANIDÓ EN LA MANCHA§

Isabel Pérez Varela¨


Iré a llevarte rosas de mi llanto,
éste que corre apresurado y lento.
Es de noche, Isabel, y lloro y siento
que vienes a abrazarme. Yo levanto,

Isabel celestial, mi triste canto
a las regiones donde está tu acento.
La mancha. Su cincel. Tu monumento.
En trenzar tu corona me adelanto.

Hospital eras tú: sangre entregada.
Ya nunca he de curarme del dolido
corazón que me sangra por tu ausencia.

En de noche, Isabel. No duermo nada.
Tu voz escucho. Palpo tu presencia.
Dame el eterno insomnio si te olvido.


§ 1.976
Pub. en “LANZA”, 1.976. Leido el día del homenaje tributado en Valdepeñas a S.T. en 1.980.
¨ I.P.V. murió en el mes de agosto de 1.976 en accidente de automóvil cuando regresaba de un acto cultural. Fue directora de la Casa de Cultura en C. Real.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 40

EXPLOSIÓN AMOROSA EN ARCHIDONA§


Así debió de ser la calentura.
Así la virgen sensación primera.
Intuitivo y así, de esa manera,
el orgasmo de Adán, todo blancura,

Alígero y gozoso, con altura
de radios extendidos de palmera,
al tacto de su dulce compañera
en el silencio de una tarde oscura.

(El amor, que fue entonces cristalino,
pagó muy duramente su pecado
por culpa de la bicha más bribona)

y así escribió otra página el Destino,
para hacer inmortal aquel tinglado
de una mujer y un hombre en Archidona.


§ 1.972
S.T. escribió este soneto a petición de Camilo José Cela, para incluirlo en su trabajo sobre el famoso suceso de “El Cipote de Archidona”. La autora procuró componerlo de manera pudorosa.
Ed. Tousquet. Col. “La sonrisa vertical”

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 41

EL BOLERO “BESAME” DISTRAJO MI POEMA§


El silencio. La noche. Mi remero
lápiz de la ilusión, y las cuartillas.
Cuando llegaba el verso de puntillas
escuche tras el muro aquél bolero.

Me olvidé del papel y el lapicero.
Desde el pecho, subiendo a mis mejillas,
me inundaron vibrantes campanillas
movidas por un suave campanero.

La alcoba oscura. En el bordado embozo
el claror de la luna se posaba.
Se entreabrieron mis labios sensoriales

en una espera de imposible gozo.
Mas pude al fin soñar que me besaba
una legión de bocas celestiales.


§ 1.972

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 42

DESEO§

Quiero tener mi carne sensitiva
empotrada en un mármol funerario.
Un arroyo a mis pies. Y un campanario
que entolde mi cabeza pensativa.

Desnuda, embalsamada, casi viva,
guardé la piedra, como en relicario,
mi corazón de cuarzo solitario,
mi boca sonriente y tan esquiva.

Quiero sentir los truenos, la tormenta,
que la lluvia resbale por mi busto.
Hormigas y lagartos hagan nido

al lado de mis huesos. Que yo sienta
alegría por cuanto me dio susto.
Que las arañas tejan mi vestido.


§ 1.972

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 43

SUEÑOS SALVAJES§

En sueños, animales me han cercado.
Llevo un mes en zoológica aventura.
Un mes mi piel sangrando en la espesura.
Un mes todo mi rostro demudado.

Treinta días mi cuerpo amoratado
por golpes de zarpazo y mordedura.
Y sin poder parar tanta amargura,
con un toro negrísimo he soñado

esta noche que entraba por mi casa
derecho hasta mi alcoba. Casi inerte,
yo atrancaba la puerta que cedía

lo mismo que si fuera débil gasa.
De pronto, sonó el timbre, un golpe fuerte.
Me desperté. ¿Y el toro?... ¡No existía!


§ 1.971

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 44

CARTA A DIOS
(TRIPTICO)

I

Mi pluma en escribirte se complace,
cuando parte del mundo veleidoso
te arrincona por no ser novedoso
como ropa que ya no satisface.

¡Cuantos ponen furor en tu desguace,
sin saber que un acuario generoso
estas brindando al hombre y, belicoso,
con regueros de pólvora deshace!

Pastor en soledad y sin engaño.
La manada comienza a desmandarse
pero no tu bastón causa es del daño.

Yo te pido, Señor, que no me mudes,
y cuando ya mi ser no esté conmigo,
reconozcas mi voz y me saludes.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 45

CARTA A DIOS
(TRIPTICO)


II§

Necesidad de Ti. Total. Aspiro
a que tu fuego de una vez me abrase.
Mi corazón sediento de trasvase
se eleva a la medida de tu giro.

Hacia tu vertical el cuerpo estiro.
Por tanto miedo a que mi sed fracase,
muere en los labios la encendida frase
y apenas si te llamo, si respiro.

En mi almohada te busco, todo entero,
cuando vuelvo sin Ti, y anochecida,
con una palmatoria porque veas

Mi cárdena tristeza, el sumidero
salobre de mis pómulos, la herida
por la que dulcemente me golpeas.


§ Este soneto lo incluyó Torcuato Luca de Tena en su libro “La mejor poesía cristiana”. El testamento espiritual de T.L. de T. 1.999

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 46

CARTA A DIOS
(TRIPTICO)



III[1]

Gracias, Señor, por mi vientre redondo.
Por toda la humedad de mis tejidos.
Porque crujió mi hueso en alaridos.
Por el amor. Por el dolor tan hondo.

Por los prismas de luz donde me escondo.
Por mis carnales sueños tan vividos.
Porque acercas un canto a mis oídos
y sólo al eco de tu voz respondo.

Gracias, Señor, por no haberme hecho fiera.
Ni emperatriz. Ni hombre que pudiera
gobernar tu ancho mundo desbocado.

Por este cuerpo que jamás quisiera
elevarte sobre su inmensa hoguera
sosteniendo algún cáliz consagrado.


[1] § 1.970
Del libro: “Carta a Dios”

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 47

SIN TI§



Vivir sin Ti, Señor, es un tormento
y contigo vivir quizá un estorbo.
Quiero sin Ti beber indigno sorbo
y estando en tu presencia lo lamento.

A un tiempo te venero y en Ti olvido
toda la hiel del sentimiento humano;
mas al cabo, Señor, la misma mano
que ante Ti se rindió, se alza en despido

A ratos siento en mí no sé qué calma
y mi instinto brutal creo perdido
y entonces yergo la dorada palma.

Mas al instante, ¡oh Dios!, el bien querido
en maldad se transforma, y toda mi alma
se envuelve en un rencor lento y podrido.


§ 1.970

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 48

DOS AGOSTOS PASÉ EN UN OASIS DE LA BONANOVA§


Vine hasta aquí. Mi alma se encontraba
con falta de cincel, sin esa doma
que descabalga al corazón y toma
con mimo lo más bello que llevaba.

No lo toqué. Vi el mar como una loma
cercenada y azul que me llamaba.
Yo preferí el jardín en el que daba
de comer en mi mano a la paloma.

Yo preferí la rana, el pececillo,
la palmera, el nenúfar, el granado,
y el girasol esbelto y amarillo.

Vine. Me voy. Me llevo de Rosario
como en un guardapelo su grandeza
y el cariño de un Cela hospitalario.


§ 1.970
La Bonanova. Palma de Mallorca. En casa de C.J.C.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 49

ENCUENTRO§

En memoria de Miguel Ángel Asturias, que conocí y traté en casa de CJC.
Palma de Mallorca.



Dos caracolas fuimos, dos mejillas
en un beso fraterno comulgadas.
Dos poderosas fuerzas levantadas
entre ramos de idénticas semillas.

Cuando afloró tu perla bajo quillas,
no era nacida yo, y ya agitadas
las matrices dejaron bien bordadas
por tu eclosión mis líricas mantillas.

En otras carabelas partiría
si milagrosamente yo naciera
en un vientre de mar ancho y profundo,

y en sagrarios de amor engendraría
por caudalosa sangre, aunque muriera,
Américas de gloria para el mundo.


§ 1.970
La Bonanova. Palma de Mallorca. En casa de C.J.C.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 50

DESPUÉS DE UNAS VACACIONES EN SOLITARIO, POR MONTES Y VALLES§

A Mary López y Aurelio García del Vello, que alientan mi vivir.


Volver, volver al ruido, a las mareas
de gentes que tropiezan con mis pasos.
Asfálticas mañanas, y no ocasos
que me hacen padecer. Las chimeneas

quiero ver humear. Las melopeas.
El chocar de las copas y los vasos.
Toros. Verbenas. Circos y payasos.
Que el mundo me friccione en sus poleas.

¡Paisajes, no! ¡No, soledades! Quietas,
frías sombras envolvieron mi cuello
y sentí la congoja de morirme.

Por eso un pacto con la vida sello.
¡Hasta que me despierten las trompetas,
mucho tiempo tendré para pudrirme!


§ 1.970

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 51

EMIGRANTE§

A la memoria de mi tío Pedro Calderón que, casado, emigró a Brasil antes de que yo naciera

Predestinado para la tristeza.
Desde niño, curvado como horquilla.
Acollarado aliento de traílla.
Sobre la piel la flor de la dureza.

¿Quién marcó el pasaporte a tu pobreza
y la costra salobre en tu mejilla?
¿El luto en el chaleco y la toquilla?
¿Quién te negó la miga y la corteza?

La tierra contratada roturaste
con zarpazos furiosos y bravíos.
Y aún con tanto dolor como has llorado

y el corazón a chorros lo estrujaste,
las lágrimas mejores tu has guardado
hasta volver al mar, como los ríos.


§ 1.969
Pub. en “POESÍA ESPAÑOLA”. Nov. 1.969. la autora lo compuso ante la emoción que le causaron los emigrantes que visitaron España en octubre de 1.969.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 52

CONTENCIÓN§


Prefiero encadenarme con la rima.
No desatar mi potro libremente.
Abrevar junto al caño de una fuente.
Yo busco la llanura, no la cima,

porque si la alcanzase, nadie encima
de mí pudiera cabalgar valiente
ni fiero arrebatar, probablemente,
esta manopla de segura esgrima.

Necesito cadenas. Y cordura.
Abstenerme de muchos apetitos.
Refrenar mis impulsos poco a poco.

Decirle al corazón con frase dura
que si va alborotando con sus gritos
le van a maniatar igual que a un loco.


§ 1.968

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 53

A JUAN ALCAIDE§

En el I aniversario de su muerte.


Querido Juan: Perdona este soneto.
Catorce líneas sólo. Está mi mano
más débil que la tuya de gusano
por este sol manchego que arde prieto.

Desde que Dios te puso nuevo peto
y te dio su diploma soberano,
todo sigue lo mismo, y tan liviano,
que no es honra decirlo en un cuarteto.

Valdepeñas en bronce quiere honrarte.
Hay místico temblor de campanario.
Volverán los amigos a llorarte.

Tu madre es sólo lágrima y rosario.
Yo, con anhelo de poder hablarte,
iré a encender mi lengua ante el Sagrario.


§ 1.968
En el IV Centenario de BALBUENA. Poesía y Arte. Valdepeñas. Septiembre de 1.968

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 54

ALFORJERO POR ESPAÑA§

A Conrado Blanco, creador de “Alforjas para la Poesía”

Toma el queso y el pan para el camino,
y éste pequeño cántaro, alforjero.
Y éstas frutas también. Y éste romero.
Y ésta manta sedosa de merino.

Asciende a las montañas, peregrino.
Atraviesa los campos, colmenero.
Derrite con tu espiga aquél nevero.
Estremece la roca con tu trino.

Elevándote vas como paloma
alzando tu mensaje que atraviesa
el monte, el mar, y va de loma en loma.

Por todo cuanto das desde tu mesa,
Mira el papel con mi soneto: Toma,
mensajero de Juan y de Teresa.


§ 1.968
Pub. en “Poesía Española”

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 55

SONETOS A TOLEDO§


I

Fue primero la tierra que se abría
y de su entraña un vientre monstruoso
rugió como en un parto clamoroso
expulsando tu arisca geometría.

Ya desde el seno, roca tú bravía
de estructura tajante y armonioso
perfil, multiplicándose, gozoso.
Torso imponente. Recia varonía.

Y la sangre materna y coagulada
majestuosamente fue licuando
en cinturón con línea de herradura.

Era una cinta móvil, plateada.
Un guardián a tu cuerpo vigilando.
Era el Tajo ceñido a tu cintura.


§ 1.968

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 56

SONETOS A TOLEDO

II

Tajo furioso, atronador, teñido
sanguinolenta y aceradamente.
Soberano que tan gozosamente
toda gloria y poder se te han rendido.

Tú galopas como corcel tendido
y la espumosa crin, salvajemente,
sacude los peñascos del oriente
y en la vega reposas desceñido.

Tú sabes de estandartes y de cruces.
De piedras abatidas y elevadas.
De las tinieblas todas y las luces.

Nadie cambió tus rumbos, los primeros
de la arena y el agua bien trabadas
doblando como mimbres los aceros.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 57

SONETOS A TOLEDO


III

Horadó por tu cumbre retadora
su aguilesco refugio la nobleza,
y en ansia de vivir mayor grandeza
levantó su columna rezadora.

Babélica Toledo. Tentadora.
Turgente y desnudada sin vileza.
En tu apretado músculo bosteza
satisfecho tu azar de seductora.

Diabólica y angélica tuviste
como una piel humana el atractivo
despertador de las sensualidades.

Carne ganada para santidades.
Como rayo flamígero pusiste
en fuga eterna al invasor lascivo.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 58

SONETOS A TOLEDO

IV

Por tus siete colinas, capitales
pecados y virtudes te ciñeron.
Mística te elevaron, y pusieron
sobre tus hombros túnicas sensuales.

Te iluminó la seda y los metales.
El pincel y el buril se te rindieron.
Más que al jade y al mármol te pulieron
hasta hallar tus latidos vegetales.

Oriente y Occidente en tu destino.
Visigoda. Moruna. Castellana.
Ante tu puerta, como peregrino,

rindióse el oro de la Tropabana,
y las mejores perlas y el platino
carnal hicieron a tu piel cristiana.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 59

SONETOS A TOLEDO

V

¿Dónde están las pupilas que te vieron
por vez primera en aspereza erguida?
¿Dónde los que tallaron tu medida
y bajo su cincel te sostuvieron?

¿Aquellos que con púrpuras cosieron
en tus grecas la blonda estremecida?
¿Dónde guardas su lágrima vertida
que en éxtasis constante te ofrecieron?

En tus piedras hay pechos incrustados.
Un pálpito converge hasta tu centro
por cada labio que besó tu frente.

Palpitan los sarcófagos. Por dentro
se oyen coros que cantan desvelados
tu palmeral prodigio diferente.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 60

SONETOS A TOLEDO

VI

Yo canto al hombre aquí, las maravillas
de sus manos en mil multiplicadas,
sin descanso sus venas empinadas
en prodigio retando a las semillas.

Consumieron la piel de sus rodillas.
En ayunos las ingles bien domadas
bebiéndose sus lágrimas saladas
y un ángel consolando sus mejillas.

Miembros semidivinos desgastando
sus cuerpos en andamio hacia otra gloria
con un sudor de sangre de claveles.

Y Dios, uno por uno, contratando
a la luz de su inmensa palmatoria,
hombres que decorasen tus paneles.

´ritmos desde el péndulo de mi vida. sonetos 61

SONETOS A TOLEDO

VII
A la Virgen del Sagrario, Patrona de Toledo.§

Dame sólo una perla de tu manto.
Esa que está en la sombra de tu cuello.
Esa que va perdida en tu cabello;
y transforma su oriente en amaranto,

y sube a tus mejillas, bebe el llanto
y en ti esconde su tímido destello;
la que puede sanarme todo aquello,
toda mi pena, todo mi quebranto.

Me llamo como tú. Éste sagrario
si no le das tu perla estará frío
de humedad y penumbra hasta la muerte.

Un sepulcro será, no un relicario.
No demores el ansia de tenerte.
¡Yo te daré una piedra de mi río!

§ 1.968
Pub. en el libro de sonetos “Esta espina dorsal estremecida”. Se repite por completar el tema, ya que la Virgen es Patrona de Toledo.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 62

LA ESPERA§


Como boca de lobo fue éste día.
Como boca de tigre amenazante.
El alba fue una yegua relinchante.
Una fauce reseca el mediodía.

Toda la tarde una morada encía
Cada diente era un hacha de gigante.
A lo lejos un ojo exorbitante
midiendo su distancia con la mía.

Pero él vendrá esta noche sobre esteras
de franjas luminosas, y un hermoso
cinturón tachonado en sus caderas.

Vendrá para quitarme las ojeras
cuando arrope mi cuerpo tembloroso
defendido desde sus cartucheras.

§ 1.967

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 63

A LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN, MI PATRONA, AL SALIR DE LA IGLESIA EN PROCESIÓN§


Tengo una estampa vieja, que está escrita,
donde vistes un manto rameado.
Una corona luces y he contado
estrellas blancas por tu tez bendita.

Tus ojos bajos mi mirada excita
y me acerco en un beso enamorado.
Te quiero sin suspiro exagerado,
con un ansia de pródigo, infinita.

Iré buscando desde aquí, con prisa,
la azotea más alta para verte,
te estoy pidiendo que me vuelvas brisa,

la débil planta me la tornes fuerte
por contemplar yo sola tu sonrisa
y sujetarla al pecho hasta la muerte.

§ 1.967
En el folleto de las fiestas de Valdepeñas. 1.967

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 64

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO§


I

No le bastaba a España lo ganado.
Ni a su ambicioso cuerpo lo vivido.
Ni al corazón lo nunca acontecido.
Ni al insaciable labio lo cantado.

Porque en ansia de amor fuiste engendrado,
y en un parto de auroras concebido,
el más legitimo, Rubén, tú has sido
del seno de una reina amamantado.

Fue necesaria toda la locura,
ahuyentar de una vez la pesadilla,
las olas cabalgar de anchura a anchura.

Desbarretar cancelas de clausura.
Con un ansia hacia ti fue una rodilla
a postrarse con toda su bravura.

§ 1.966

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 65

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

II

Por ti fueron los cofres derramados.
Empobreció la más firme riqueza,
y un trono se hizo cuna de pobreza.
Por ti los más valientes embarcados.

Por ti los brazos todos levantados
sacudiendo una manta de pereza
acanelada como la belleza
de las ninfas con cuerpos desnudados.

Eras tan sólo un sueño, y ya rompiste
la bóveda del mar hacia las velas.
Delfín curioseando las orillas.

Travieso, ignoto duendecillo fuiste,
trompetero anunciando carabelas,
poniendo perlas en sus barandillas.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 66

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO


III§

De frontera a frontera, solitario
Tu absorto corazón en cabeceo.
Tus labios en continuo deletreo.
Terca pregunta bajo un campanario.

Pájaro. Cisne. Toro. Visionario.
Apostador valiente y sin tanteo.
Descorchador bebiéndose el deseo.
Insaciable garganta de estepario.

Opulento y pobrísimo viajante.
Príncipe saturado. Rey vencido.
Sabio de nuevas ciencias anhelante.

Cuando gimió tu pecho entristecido,
Dios se acercó de pronto, y al instante
como Psiquie te quedaste dormido.

§ Pub. en “Poesía Española”. Febrero 1.968

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 67

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

IV

Cuando el anochecer tiñó el paisaje
y vírgenes estrellas asomaban,
tus labios no nacidos se engendraban
sobre el verde colchón del mestizaje.

Hacia la piel desnuda fue el encaje,
la gorguera, el jubón. Desabrochaban
todas las fuerzas del amor que estaban
sedientas de arribar a tu oleaje.

Zigzagueó en la entraña un filamento
que ninguna otra luz pudo suplirlo.
Bajo el dosel de un limpio firmamento

fuiste difícil, milagroso mirlo,
arpegio por la escala de un acento
que hasta las tumbas hoy podrán oírlo.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 68

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

V

Tu supiste aventar viejos rencores,
los restos sepulcrales, la ceniza.
El dolor por sí mismo cristaliza:
Raro prodigio el odio que da amores

como da el cardo sus divinas flores,
pues si hicimos a América mestiza,
así fuese mejor que no enfermiza,
sin coraje, sin Dios, y sin cantores.

No nos asombrará ningún portento,
no hará temblar el cuerpo de esta España
la conquista del mismo firmamento,

como esa antorcha del descubrimiento
por la que desgajó toda su entraña.
Como ese gozo de tu alumbramiento.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 69

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

VI

No tendremos laurel jamás bastante
con que gloriar tu pluma, tu garganta,
que de tanto cantar, tu ritmo encanta
más bello que en pentagrama un “andante”.

No hubo “allegro” que fuese por delante,
“prestísimo” ninguno irguió su planta
para alcanzar la tuya que levanta
el corazón en vuelo fascinante.

Subiste al edificio más sonoro
para pulsar la clave de la vida
con tus dedos de arpista en cuerdas de oro.

De astrales luces fue tu pluma ardida.
Insólito planeta, meteoro,
ICARO sin motor, sin ley, sin brida.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 70

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

VII

¿El Señor dio, tal vez, su asentimiento?
¿Ángel tornó a Francisca en tus batallas?
Sobre tu mano, escritas ya las rayas
eran flechas de luz parando el viento.

Ojeroso llegaste y macilento,
ahíto de brocados. Unas sayas
colgaron de tu pecho otras medallas.
Una virgen cedió a tu encantamiento.

Nos ha quedado un heredero tuyo
que buceará en los libros; olfativo,
ciclópeo como tú, quizás levante

kioscos de malaquita, y haga suyo
el cosmos sideral que te fue esquivo.
En España, tu herencia por delante.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 71

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO


VIII

¿Con qué verbo podría yo cantarte
a ti, Rubén, si entrañas removiste,
si tronchabas palabras y bebiste
su médula batiendo hasta embriagarte?

¿Con qué piedras preciosos coronarte
si un yacimiento diamantino fuiste?
De la almendra española pronto huiste
mas ella, siempre fiel, supo esperarte.

Su nombre tu olvidabas, y las pieles
del útero materno, en pujanza
de cachorro que se alza en rebeldía.

Mas regresaste al campo de sus mieles
en tus cantos de “vida y esperanza”,
elevando hasta Dios tu poesía.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 72

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO


IX

Desde el abecedario y el palote
tu cuerpo en Rocinante se subía.
Porque en el pecho un astro te cabía
en Clavileño te subió Quijote.

De las fuerzas del mal fuiste el azote,
mas tu pluma alcanzó la crestería
de tu impar y sublime poesía
a cada paso vivo de tu trote.

No bebiste en estanque, sino en fuente;
debajo de los caños de una ubre
repleta de ambición y fe cristiana.

Allí apretó tu boca diente a diente.
Hoy, como a recental, ella te cubre
igual que ayer. Igual será mañana.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 73

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO


X

Si este viejo solar se sumergiera
por diabólicas fuerzas conjuradas,
al trueno de tu voz, acaudilladas
legiones rescataran su cimera

y en ella cada mano le pusiera
perlas de los abismos arrancadas.
Son todas las Españas enlazadas
las que en una te ciñen su bandera.

Rubén de loco y confesado credo,
sediento de azadón y de simiente.
Tuviste exacta hechura que nosotros:

Jinetes por igual, iguales potros.
Ibérico desplante. Sobre el ruedo
se dobló tu cintura como un puente.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 74

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO


XI

Te adeudaba la fiebre, el alboroto,
de tanto ardor en mi soñar primero.
Te debía, RUBEN, un cancionero
antes de agonizar mi pecho roto.

Las cuernas penetraron en mi soto.
Una gendarmería holló el sendero,
y sólo me quedé con un lucero
en el que lentamente ya me agoto.

Me envuelvo en una túnica dorada.
Quiero hacerme infantil a toda costa.
Una arista me queda iluminada.

Un pedazo de piel no desgarrada.
Un milagro de flor que no se agosta.
Una virginidad nunca entregada.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 75

HOMENAJE A RUBEN DARIO: JOYA POETICA QUE NOS TRAJO EL DESCUBRIMIENTO

XII

Te acusaron las diosas por tu celo.
Por abrir las rendijas de su baño.
Y el Olimpo te impuso como daño
barrer con escobilla de oro el suelo.

Mas bajó Margarita de otro cielo.
Su prendedor de luz se hizo peldaño
y tras ella montaste en un rebaño
de elefantes con piel de terciopelo.

Fuiste al Limbo después como indulgencia.
Los labios te besó una mariposa,
los niños aclamaron tu presencia.

Se hizo un lirio de luz tu corpulencia
y le pediste a Dios sólo una cosa:
¡Que te dejase allí con la inocencia!

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 76

LA LLEGADA DEL AMOR
(TRIPTICO)




I (ESPERA)

Mirando atardeceres sin destino.
Lentas llegando siempre las auroras.
La luz lunar, negándole sus horas
a mi pobre linterna de camino.

Imposible volver por otro sino.
¿Qué oráculo implorar? ¿Qué soñadoras
armas viriles, dulces, redentoras,
en ésta impar tribulación de espino?

De los ojos al labio todo un río
gastando su caudal de gota en gota
para aliviar el sentimiento mío.

Una orfandad negrísima en desvío.
Lira. Bandera entre las sienes rota
y en cadena perpetua mi albedrío.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 77

LA LLEGADA DEL AMOR
(TRIPTICO)


II (LLEGADA)

Débilmente te vi desde mi reja
cuando llegaba lenta mi agonía.
¿Qué lucero acortó tu lejanía?
¿Quién te habló de mi llanto y de mi queja?

Sólo un momento me quedé perpleja.
Algo en mi corazón se contenía.
¿Qué nuevo carcelero me traía
una espiga de luz en su bandeja?

En tus seguros brazos, cuanta hondura
para llenar mi cántaro sediento.
¡Qué contraste de negro y de blancura!

Mi mejilla creció para tu altura
en dulce sensación de abatimiento
desde tu corazón a mi clausura.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 78

LA LLEGADA DEL AMOR
(TRIPTICO)


III (POSESIÓN[1])

Quedó en tu hombro mi vigilia. El sueño,
de pronto ávidamente recobrado,
halló su disco de oro en tu costado
como riqueza en posesión de dueño.

De tu suave fricción prendió mi leño
en levísima llama coronado;
Vertido a ti, sin entender pecado,
como la rosa es rosa sin empeño.

Certero tu puntal, paró la ruina
en lo más ancho de la abierta frente,
en lo más hondo que latió la espina.

En lo más alto de la tosca encina,
atalayando el pájaro una fuente,
desde mi boca hasta la tuya trina.

[1] § 1.965
“VALDEPEÑAS” Revista del Aula de Cultura. 1.965

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 79

MINEROS DEL CARBÓN§
(DIPTICO)
Al poeta Victoriano Cremer



I

No moriríais, no, si la conciencia
de sabios y de inmensos capitales
en las minas volcasen a raudales
el milagro asombroso de su ciencia.

Si atornillasen clavos de paciencia
como hacen para mundos siderales;
si intentan producir niños normales
para restar a Dios inteligencia

entubando los gérmenes sombríos,
pienso que bajo cielos bien abiertos
pudieran roturar las geometrías

que os aplastan en crueles galerías.
Yo prefiero el temblor de muchos fríos,
a sentir el horror de veros muertos.

§ 1.965
Pub. en Artes y Letras de León. El primer soneto está publicado asimismo en “Esta espina dorsal estremecida”. No se incluía el segundo soneto que ahora se añade para completar el tema.

ritmos desde el péndulo de mi vida. soneto 80

MINEROS DEL CARBÓN
(DIPTICO)
Al poeta Victoriano Cremer



II

Ni los más virtuosos caballeros,
ni las más castas vírgenes, ni ascetas,
los cielos tachonados de violetas
han de gozar un día los primeros.

Sólo vosotros, sólo los mineros
cabalgareis montados en barretas
diamantinas rompiendo hermosas grietas
para estrenar angélicos senderos.

Si acaso blasfemáis, yo estoy segura
que Dios no toma nota en su diario;
que ensordece su oído en la negrura,

que diluye su mano la espesura
del bloque gigantesco y funerario
y os levanta en un copo de blancura.

§ 1.965
Pub. en Artes y Letras de León. El primer soneto está publicado asimismo en “Esta espina dorsal estremecida”. No se incluía el segundo soneto que ahora se añade para completar el tema.